La visión se aprende y por lo tanto puede ser entrenada.
Se considera que la visión y aún más su desarrollo, está íntimamente conectada a todos los demás órganos de los sentidos.
Gesell, expresó el concepto de que en el desarrollo del niño, los otros órganos de los sentidos sirven como maestros para el sistema visual. El resultado óptimo del desarrollo es que el sistema visual se convierta en el procesador de información por excelencia.
La visión no puede separarse del individuo completo ni de ninguno de sus sistemas sensoriales. No tiene una localización específica en el cuerpo, sino que está integrada al sistema humano.
Sabemos que el lóbulo occipital es el responsable de los procesos visuales, pero va a alimentar la información recibida mediante conexiones que realiza con el 75% del sistema nervioso central, lo cual implica que se vale de otros sistemas sensoriales y motores para llevar a cabo su función ejecutiva.
Su desarrollo es un proceso holístico que está estrechamente asociado con el desarrollo simultáneo de todo el organismo.
El recién nacido aprende a usar sus ojos coordinadamente a través de las experiencias adquiridas mediante el desarrollo neurológico, motor y sensorial. El desarrollo inapropiado de alguno de estos sistemas creara a menudo un problema visual.
Podemos concluir que visión es algo más que la simple vista, esta última es solo uno más de nuestros sentidos como el tacto, oído, olfato y gusto. La visión es un proceso mucho más complejo, que involucra la respuesta de todo el organismo, nos ayuda a interpretar nuestro entorno para tener un buen desenvolvimiento en el.